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Mostrando entradas de agosto, 2012

Que esto, que lo otro

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         Corrígeme si me equivoco, le dije, pero no es aquel de allá el hombre ese que tú decías? Sin embargo, cuando ella se dio la vuelta para mirarlo, él ya había desaparecido, o quizás nunca estuvo ahí y una vez más fueron mis sentidos los que me engañaron. Entonces le dije; cuéntame una historia que termine en tragedia, y ella sacó su guitarra y se puso a tocar toda la noche sus penas, armando una fogata con el sólo vibrado de sus cuerdas vocales. Estuvimos toda la noche hasta el amanecer discutiendo la validez de la violencia, que esto y que lo otro, que las piedras, que las manos. Somos seres turbios, le dije, le dije, estamos nadando no contra una sino contra cien corrientes, le dije, vamos a terminar fabricando nuestras propias tumbas, le dije, y ella asentía ante cada cosa que yo decía.       Tomamos un par de tragos, aunque yo no bebo mucho, solo cerveza y aveces, cuando quiero. A ratos me ofrecía dinero para volverme a mi casa y yo le decía siempre que sí, que no s

Sueño latinoamericano

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Ayer, en la siesta de la tarde, me habló en sueños nada menos que Gabriel García Marquez. Me dijo que Macondo realmente existía, que no había sido invención de él sino que era un pequeño pueblito perdido en la selva colombiana y, sobre todo, que yo debía buscarlo para revelarle la verdad al mundo, porque Macondo estaba siendo en la actualidad explotado por una raza alienígena llamada los grintgous y los pocos habitantes que quedaban se estaban muriendo.  Bien, ese fue mi sueño. Yo estaba decido a llevar a cabo lo que García Marquez me estaba pidiendo, pero al despertar me di cuenta de lo que ridículo que había sido soñar eso partiendo por el hecho de por qué mierda me iba a visitar en él un escritor que aún sigue vivo , si por regla general son los muertos los que visitan y hablan y dicen cosas trascendentales en los sueños.  Sin embargo, en vez de olvidarme del asunto decidí que debía escribirlo. Pensé en inventar toda una historia en torno al sueño, y empezarla con alg

Ya no sé quienes somos

Ya no sé quienes somos, y me pregunto si alguna vez lo he sabido. Esto es como un juego, como un juego donde se mata o se muere. Hemos sido como sombras todos nosotros, nos han metido el dedo en la boca los muy maricones. Nos han dormido y nosotros, pecando como siempre de ingenuos, no hemos despertado. En la raíz del recuerdo nos hemos olvidado de todo, hasta de nosotros mismos, o de nosotros no-mismos, porque hay que ser muy hueón para no darse cuenta de cuanto hemos cambiado. Ya no sé quienes somos, pero alguna vez tuve una vaga idea por lo menos, y me sentaba en las ventanas mirando hacia el sol, masticando cebollas para cagarme el aliento, ventilando las presas en el (t)oxígeno del mundo, y a veces miraba las estrellas, yo, con mi cara de cabro, esperando que alguien viniera y me salvara, pero nunca vino nadie y ahora ya sé que nunca va a venir nadie, que estoy solo, que estamos solos, que cada uno está solo, y nos contaos historias repetidas, viejos logros del pasado, y enton