Me
arden las palabras en los brazos
Ahí
están, queriendo salir
Como
el preso mirando la luna a través
De
una ventana enrejada
Como
si la libertad no fuera
Una
canción de gritos y llantos
Quiero
que salgan y vuelven las palabras
A
la sazón de un viento inagotable
Que
rompan muros y cadenas
Que
inventen un lenguaje algebraico
Que
hagan y deshagan según su antojo
Y
que vuelvan a mí
Sabiendo
que van a morir de nuevo
En
mis brazos
Me
arden las palabras, me queman
También
en las sienes
En
los hombros, en las piernas, en el sexo
Me
arden y me envuelven con su tibieza
Se
colocan una detrás de la otra
Y
me cuentan largas historias
Con
inesperados finales de infancia
El
tono se vuelve enfermizo
Punzante
como el llanto de una guagua
Lacerante
como el arma que dispara
Y
aun más que la que no lo hace
Quiero
dejar de temblar en cada verso
O
temblar hasta ser amo de las olas
Saberlas
llamar por su nombre y causa
Dominar
su ira, perdonar sus muertes
Quiero
levantarme de este asiento
Para
mirar por encima del mundo
Nunca
más por debajo del hombro
Nunca
más una palabra falsa
Que
cause angustia en otra palabra
Nunca
más la noche aterrada
Ni
el día tapado de cortinas
Nunca
más en vano una lágrima
No
daré más tiempo al falso intelecto
Ni
a la mirada ácida
Nunca
más el recuerdo vacío
nunca
más la idea de tener ideas agrias
entrecortadas
por el vaivén
de
la plenitud de una agonía
me
arden, me arden, cómo me arden las palabras
son
la fiebre de la frente
y
el paño frío de mi madre, preocupada
cuánto
queman estas palabras
amontonadas
en todo mi cuerpo
haciéndose
llamar leña de invierno
sol
de verano embravecido, y cuántas otras cosas
todo
lo pueden en sí mismas
nacen,
crecen y mueren con la consciencia intacta
renacen,
ahí están de nuevo
corriendo
por mis brazos a torrentes
son
ellas, siempre fueron las palabras
ahora
me doy cuenta, ahora que arden
ahora
que queman mi piel para luego deshacerse
en
ella
ahora
que tengo tanto miedo
me
aferro, las abrazo, les digo que las quiero
me
arden tanto, y no importa
tengo
la palabra en la mano, incendiándose
y
voy a lanzarla
será
mi arma, mi única arma
desde
ahora hasta siempre
la
palabra
es
mi fe
mi
venganza
mi
amor
y
nada
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