Tejido



¿Qué has tejido esta mañana?
Hoy te vi sentada a la luz de la ventana, como un fantasma
con los palillos de tu abuela
y la lana que guardábamos en esa cajita azul ¿la recuerdas?
Te vi tejer con calma
Yo envidiaba esa calma que tenías
a veces
para decirme algunas cosas
cuando me hablabas del tiempo y de los espacios
me hacías soñar como un niño indefenso
me hacías llorar hasta secarme
Tú creías que el tiempo no avanzaba
Yo creía que el tiempo eran círculos ¿te acuerdas de eso?
Tú me hablabas de tejidos
de hilos
de chalecos rojos
de gorritos que me tejerías para el invierno
con tu nombre escrito en ellos, en letras muy grandes
para que todos lo vieran
porque decías que yo era tuyo
y yo decía que tú eras mía ¿te acuerdas?

A veces yo intento tomar los palillos
y tejer mi propia ropa
me hago chalecos y mantas bien gruesas para abrigarme
pero nunca he sentido calor más falso que ese
En serio, estos tejidos que hago
son en realidad alfombras
donde me siento cada mañana a esperarte
y te imagino ahí, sentada en el sillón, con mi lana y los palillos de tu abuela
tejiendo
Creo que siempre te recordaré así
Eras la tejedora de futuros
la madre tejedora
la hermana
la amiga
la compañera de revoluciones
Eras el personaje de todos los cuentos que yo escribía
cuentos que por cierto también eran tejidos
pero de palabras
A veces, cuando no había mantas, nos abrigábamos con mis historias ¿recuerdas?
te gustaba oírlas
o te gustaba mirarme leyéndolas, y a mí me gustaba verte
y me decías que eran muy buenas, más por amor
que porque  realmente lo fueran
pero eso ahora no importa

Aún guardo cada uno de tus tejidos
Son tantos y tantos, innumerables
los tejidos que guardo y atesoro
Cada uno de los momentos que vivimos
es como un color en tus tejidos
(Como Rimbaud a las vocales)
Rojo los besos en aquel árbol que decretamos como nuestro
Azul las tardes en que no hacíamos
nada más que abrazarnos
Verde las caminatas desde la universidad hasta el paradero
más lejano
Amarillo los silencios
Café oscuro todas las veces que no nos entendíamos
Negro el día que dejaste tus palillos olvidados en mi casa
y no volviste a buscarlos

No sé en realidad con qué estarás tejiendo ahora
pero estás tejiendo cosas nuevas
y cuánto me alegra saberlo

Aquí, al lado de mi cuerpo está el espacio que ocupabas
y en él he puesto un tejido
donde acuesto mi cabeza en las noches
e imagino
que un abrazo es eterno, que un beso nos hace nacer de nuevo


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